La carta que se convirtió en el poema...inspiración que terminó en el olvido...y nunca llegó a su destino


Aprende a escuchar la voz del alma que calla, del corazón que llora, de los suspiros que se escapan; aprende a escuchar mis silencios, porque desde esos vacíos sin palabras, mi corazón te llama, no puedo expresar una palabra, no puedo decirte todo lo que quiero, pero puedes entender lo que yo siento.

Mira mis ojos, las lágrimas tiemblan en ellos, de pensar que estoy junto a ti, y sin embargo te pierdo. Porque no puedo ir tras de ti como te gustaría, porque mi amor es sincero, porque siempre te digo con palabras mis sentimientos; no puedo demostrarte de otra forma como soy, no puedo, no sé fingir, no quiero mentir, te amo, con un amor libre y verdadero. No quiero comprar tu amor con mi cuerpo, ni con unos falsos besos, con estar a tu lado me contento, por mirar tus ojos daría mi alma, y sin embargo no soy capaz de sostener tu mirada, porque me da miedo perderte.

Porque me comprendieses daría mi alma, mi vida, porque así, siento que las estoy perdiendo. Mi pecado: es quererte. Mi condena: amarte. Mi castigo: que me obligasen a olvidarte. Añoro la libertad, pero prefiero vivir prisionera de un amor, a que los latidos de mi corazón solamente me sirvan para sobrevivir.

Mi llanto es mudo, mis lágrimas secas; nadie sabe que te amo, nadie lo sospecha. Mi amor es el silencio, el sentimiento no correspondido; unas palabras nunca dichas; un dolor nunca curado; un sangrar de mi corazón lento y doloroso que me está matando poco a poco.

Lágrimas que brotan desde lo profundo del alma; besos que se desvanecen en el vacío; palabras que aparecen y desaparecen en mi mente; silencios amargos que me ahogan con las cuerdas que intentan retener la esperanza de amarte algún día. Mi llanto silencioso te aclama, mi corazón roto te busca, pero tú no estás, solamente tu recuerdo vaga en mi mente, el recuerdo de aquel beso que me hizo descubrir el cielo, con el que pude soñar despierta a tu lado.

Miro a tus ojos, inmensos y misteriosos, sin hablar contigo, sé lo que piensas, puedo ver a través de ellos como eres; aunque no lo creas, no somos tan diferentes. Sin hablarte, puedo comprenderte, porque puedo ver tu mundo interior, porque para mi no eres simplemente lo que demuestras ser, sé que hay alguien dentro de ti, que nadie conoce; en eso somos iguales.

Sin embargo, para ti soy incomprensible, muy diferente a lo que esperas; porque no quieres ver lo que hay dentro de mí; porque aunque abra mi corazón, no escuchas lo que trato de explicarte; porque crees que todo es demasiado difícil, porque no ves más allá de lo que ven tus ojos. Por una vez intenta no sentir a través de los sentidos, y aprende a escuchar con el alma.

Mi alma desnuda vaga de noche mientras duermo, anhelando ver tu mirada en el vacío de la nada; en mis sueños te encuentro, y tu imagen se desvanece cuando despierto; no quiero despertar de ese sueño, quiero parar el tiempo, quiero el sueño eterno, para no poder despertar nunca, para no perderte, para poder estar a tu lado aunque no sea en la realidad; moriría por estar a tu lado, porque es tan inmenso lo que siento que no existen palabras para expresarlo. En esas quimeras de irrealidades, siento como tus manos recorren mi cintura, como tus brazos rodean mi cuerpo; pero nada es real y solamente encuentro tu amor en mis sueños.

En la vida se persiguen los sueños, y mi sueño, eres tú. No puedo seguirte, no puedo amarte, no puedo decirte lo que siento…, se rompen mis sueños, pierdo el único motivo que tengo para seguir luchando; pero tú no llegarás a saber nunca todo esto, no soy tu sueño aunque tú seas quien vive en los míos. Mi almohada seca mis lágrimas cuando despierto; es ella la que me escucha cuando dormida pronuncio tu nombre; cuando mi boca suspira por un beso de tus labios; si mi almohada hablase, te diría todo lo que siento, y yo no me atrevo a confesarte.

Cada vez que te veo, un “te quiero” intenta escaparse de mis labios, mi voz no se atreve a pronunciarlo, pero mis ojos que son más sinceros sí lo expresan. Somos amigos, y eso me hace más daño, saber que estoy junto a ti, que eres lo más importante que tengo en esta vida, y que, sin embargo, no sentimos lo mismo.

Si pudiera cambiar algo de mi vida, quisiera poder olvidar todo mi pasado, para que me dejase vivir mi presente. Mi tristeza, no me permite llorar; nunca me has visto feliz, ni triste, por eso no me comprendes.

Soy la voz rota y no escuchada nunca de mi pasado, el silencio de mi presente. El silencio que recriminas, las palabras que no pronuncio por miedo, no sé cómo puedo llegar a tu corazón, no encuentro el camino; no tengo la llave que abre su puerta, pero sigo buscándola. La llave de mi corazón te pertenece aunque no lo sabes, no recuerdas que la tienes, la has olvidado en alguna parte. Mi corazón sigue latiendo por ti, porque es tuyo; porque tú eres el motivo de que ese palpitar me haga vivir; tú eres el motivo de mi existencia; porque por ti me levanto cada mañana a intentar vivir un nuevo día; porque sin ti nada de este mundo tiene sentido; porque por ver tus ojos un segundo daría el resto de mi vida; porque siento que te amo, que te quiero, y que si algún día te pierdo, contigo lo perdería todo, incluso mi vida.

Los Sentimientos de un Corazón Roto, Abandonado y Arrepentido...

Sueño con poder despertar
cada día a tu lado,
contemplarte mientras duermes,
mirar como tus párpados están relajados,
como tus labios esperan un beso.

Con mi mirada,
recorrer tu rostro
mientras descansas,
acariciarte con mis ojos
mientras duermes.

Cada mañana despertarme temprano,
para escuchar tu silencio mientras duermes,
como tú me escuchas cuando no puedo hablarte,
porque sabes escuchar mi corazón,
porque oyes esas palabras que no te digo,
pero sabes que las siento.

Otra carta que destruir....de las que nunca debí escribir...


Si te digo que te amo, te estoy mintiendo porque en realidad no sé si es lo que siento, porque para mis sentimientos no hay palabras que puedan contenerlos; podré decirte te quiero, y sin embargo te estaré diciendo solamente una pequeña parte de lo que siento. No quiero mentirte, quiero la sinceridad de mis sentimientos, por eso no me atrevo a confesarlos, porque sé que no me comprenderías, que no sería sincera, que te diría un “te quiero” para salir del paso cuando es mucho más que eso lo que siento. No puedo hablarte, no puedo expresarlo con palabras, porque no existen o no soy capaz de encontrarlas; pero sé que puedes ver lo que siento a través de mis ojos, de mi mirada que se pierde cuando se encuentra con la tuya, de esos ojos que te buscan y anhelan que los tuyos les devuelvan la vida, el brillo de la esperanza, la luz del amor verdadero.

Pareces confuso, te miro y veo la duda en tu mirada, tus temores se enclavan en tu mente, tu pensamiento no se aclara con lo que sientes. Soy tu amiga, puedo ser tu compañera, pero crees que no estás seguro de amar lo suficiente; tus dudas me matan poco a poco, hieren mi corazón despacio, y despacio sangra mi dolor de saber que no está en mi mano tratar de hacer realidad nuestros sueños, porque aparece la duda, la pesadilla de este amor inconcluso, esa pesadilla que está acabando con mi vida.

Sueño con despertar cada día a tu lado, contemplarte mientras duermes, mirar como tus parpados están relajados, como tus labios esperan un beso, poder recorrer con mí mirada tu rostro mientras descansas, te acaricio con mis ojos mientras duermes. Cada mañana despertarme temprano, para escuchar tu silencio mientras duermes, igual que tu escuchas mis silencios cuando no puedo hablarte, porque sabes escuchar mi corazón, porque sabes oír esas palabras que no te digo, pero sin embargo sabes que las siento.

Eres mi vida, el motivo de mi existencia, sin ti siento que no tiene sentido vivir, porque no concibo una vida sin ti; sin ver cada día esos ojos que me devuelven la vida; sin poder escuchar el eco de tu risa; sin poder perderme en la profundidad de tus ojos y de tu mirada.

Siento que estoy a tu lado, y sin embargo sé que te estoy perdiendo. Mi corazón sangra las lágrimas que no son capaces de liberar mis ojos cuando me dices que no sientes lo mismo, que tienes dudas, que no puedes estar a mi lado para no hacerme daño. No me heces daño, pero me rompes el corazón con tus sinceras palabras, haces que comience a perder el motivo que me hace vivir; rompes mis sueños, destruyes mis ilusiones y me clavas un puñal en el alma con tus palabras. Sin embargo, no soy capaz de llorar, simplemente te escucho y guardo silencio, el silencio de un alma que se pierde en el vacío de la nada, que comienza a vagar sin rumbo hacia ninguna parte. Así me siento cuando me dices esas frías palabras, como un naufrago en medio del mar, sin esperanzas para sobrevivir, intentando encontrar alguien que lo rescate de la nada. Esperaré el tiempo que haga falta, estaré en una isla desierta llamada Tristeza, pensando cada segundo en ti, en tus ojos, en tu sonrisa, en tu voz melancólica; y esos serán mis acompañantes en la isla de los náufragos del amor, tus recuerdos. Los recuerdos de esos infinitos momentos a tu lado que no podré olvidar. Aparecerán en mi mente una y mil veces aquellas palabras que nunca fui capaz de decirte y que pesarán sobre mi alma por siempre, porque te seguiré amando, porque no seré capaz de fingir que soy feliz, que te he olvidado.

Si pudiera dar mi vida porque me comprendieses, la daría; porque de todas formas, no tiene sentido vivir si no estoy contigo; de todas formas he perdido la vida, porque he perdido mis sueños, esos sueños en los que estabas tú. Mi cuerpo es mi tumba, porque siento que aunque esté viva, he muerto; mi ojos son las ventanas de mi fría morada, desde ellas te veo feliz al lado de otra y es entonces cuando siento que llueve y se humedecen los cristales de esas ventanas detrás de las que me escondo. Mi corazón no late con fuerza cuando me encuentro contigo, porque herido, ha perdido su ímpetu, y aún sangra por ti.

No quiero que veas mi tristeza, mi rostro es una máscara que no expresa mis emociones, pero mis ojos nunca las niegan, y tú lo sabes. Porque siempre has sabido comprender mis silencios y porque sabías lo mucho que significabas en mi vida; ahora, desde mi soledad, no te pido que vuelvas, solamente te pido que puedas ser feliz y que encuentres el amor verdadero, ese que nunca fuiste capaz de sentir por mí.

Carta que fué a ninguna parte....que nunca llegó a nadie...


Con “un mensaje en una botella”, un día en el que la tristeza inundaba mi alma, yo, una naufraga, intentaba encontrar alguien que tendiera su mano desde la otra orilla, alguien que la escuchase. Escribí una carta con pocas palabras, pero llena de sentimientos, la envié con mis lágrimas, y ese mensaje, llegó lejos, a una persona que sin saberlo, me hizo encontrar la esperanza, me hizo sentir el amor, me hizo cambiar…

Y hoy, al igual que ayer, esa naufraga sigue sola en “su isla”, pero tiene un amigo en la distancia, aunque ahora no estamos lejos, pero la distancia entre nosotros cada día se hace mayor, porque nunca llegaré a estar a tu lado, porque siento que te pierdo como lo que te quiero, pero sin embargo te tengo como amigo.

Te mandé una botella llena de suspiros, con todas las veces que pronuncio tu nombre, con muchas palabras que a veces no dicen nada, con esperanzas y miedos, con bromas y desafíos…. Palabras mudas, sonidos sordos, que solamente escucha el corazón de aquél que ama, pero sé que tu corazón es indiferente a mis palabras.

Palabras y palabras que han llenado un libro de sentimientos, palabras que has leído y sin embargo nunca has creído, pensabas que nada era cierto, creías que yo te mentía. No sé decirte de otra forma lo que siento, porque ni en todo el lenguaje hay palabras suficientes con las que pueda decirte lo que hay dentro de mi alma y los sentimientos de dolor y amor que me matan.

Como un atardecer de invierno, sin calor, sin luz, sin un último rayo de de sol que se asemeje a la esperanza, así está mi corazón cada día que no logra hallar tu mirada. Mis ojos repletos de emociones, de sentimientos, de amor, que son prisioneros por sufrir el amor en silencio huyen y se esconden de ti, y, sin embargo, mi mirada te busca entre las multitudes, anhelando cruzarse un fugaz segundo con tu mirada, que cuando te encuentra, huye por miedo a que sin llegar a hablarte, te diga cuanto siento.

Sé que nunca llegarás a amarme, sé que nunca sentirás por mí lo que yo siento hacia ti, y sin embargo sería capaz de todo por estar a tu lado; por mirarte a los ojos sin miedo, por poder decirte lo que siento, aunque me digas que me equivoco, que eres mi amigo y no quieres hacerme daño.

Mis palabras a veces confunden tu mente, me dices que no sabes lo que sientes; me pides perdón cuando la culpable de amarte soy yo. No quieres hacerme sufrir, por eso me rompes el corazón y destruyes mis pocas esperanzas.

Los dos sabemos que no es fácil seguir como amigos: tú dudas, y yo te amo…, a nuestro alrededor nadie sabe nuestra historia, por lo que lo nuestro, es un amor inexistente para todos, incluso para ti, por eso disimulas, por eso te escondes. Porque es más fácil negar lo que sientes a aceptarlo.

Cuando estamos cerca, tus ojos me examinan disimuladamente, a veces hacemos lo mismo, miradas esquivas que se buscan y a la vez huyen para no encontrarse nunca; como dos líneas paralelas que son iguales, siguen un mismo camino, pero que sin embargo nunca se encuentran, eso somos tú y yo; dos piezas repetidas de un puzzle, que no encajan la una en la otra porque son iguales. Tal vez nos conocemos demasiado bien sin apenas hablarnos, sabemos nuestros miedos y tenemos los mismos fantasmas, pero así, nunca lograremos vencer aquello que nos separa.
Siempre soy yo la que da el primer paso, la que te habla, la que te dice lo que siente y lo mucho que te ama. Cada paso que yo doy, para poder llegar a tu corazón, tú no me cierras la puerta, pero no estás seguro, confundes tus sentimientos y a mí me partes el alma. Sin querer a veces haces que mis lágrimas desciendan hasta mis labios, que mis manos tiemblen, que mi voz se desgarre en llanto; no te hago culpable de ello, porque es mi castigo por amarte. Lo mío es un amor masoquista, el dolor que siento por ti, me hace fuerte para seguir luchando, para seguir amándote, para seguir llorando.

No quiero olvidarte, no me hago la idea de perderte, pero sé que mi amor para ti no es suficiente; mi alma vacía, llora lágrimas secas en silencio cuando estoy a tu lado; un llanto mudo, arraigado, muerto, que me está consumiendo la vida despacio; negaría que te quiero, pero con ello estaría negando mi vida, negaría todo aquello que soy y que siento; puedo morir yo, pero no puedo matar mis sentimientos.

Quisiera poder decir que ya no te amo, que te he olvidado, pero sé que nunca podré decirte esas palabras, porque por mucho que sufra por este nuestro amor imposible, no podré borrar la huella de amor con tu nombre que hay marcada en la historia de mi vida; no puedo pasar una página de mi diario para no encontrarte, porque no es una sola, tú apareces en todas ellas, incluso existías en mi mente antes de conocerte.

Todas las noches miro al cielo, porque sé que quizás tú también lo miras y sueñas, sueñas con alguien, aunque no sea yo; entonces, sin saber por qué, cuando estoy contemplando el firmamento, una lágrima recorre mi mejilla, porque mi corazón sabe que se está rompiendo, que estoy muriendo por amor. Tal vez tú también lloras, aunque nunca lloraremos de la misma forma.

Los dos tenemos el mismo horizonte, pero nunca lo veremos de la misma forma. Tú y yo sabemos que hay más detrás de un rostro, que hay más que un cuerpo…, que sabemos ver el interior de los demás y los nuestros propios, por eso hay veces que sobran las palabras para decir lo que sentimos con una mirada. Nunca podré decirte cuánto te quiero, porque la única medida del amor, es amar sin medida; júzgalo por ti mismo, tal vez para ti te quiero poco; a mí me gustaría poder quererte el doble de lo que te quiero. Con cada sonrisa tuya que veo, con cada mirada, haces que te quiera más; que me des un motivo por el que vivir, y que sea capaz de luchar por y para ti.

Si algún día las estrellas y la luna no estuviesen en el cielo, no sentiría la oscuridad de la noche, porque aunque no pueda verte aún conservo en mi mente la luz de tu mirada. Tu imagen se repite aunque no estés presente, puedo verte, puedo sentir que estoy a tu lado, puedo escuchar tu respiración; pero sé que no estás, que es mi imaginación la que siempre mantiene vivo tu recuerdo en mi mente.

Hay veces que oigo tu voz armoniosa, te escucho reír, y mi corazón late más fuerte con cada una de tus palabras, haces que los pedazos de mi corazón vuelvan a palpitar por ti; si estoy triste, en esos momentos haces que se dibuje una sonrisa en mis labios, que aparezca un brillo en mis ojos que no sea el de las lágrimas, y que vuelva a encontrar mis motivos para vivir. Aunque tú no lo sabes, eso es así, por ti a veces estoy triste, pero aunque sea contradictorio, tú eres el único que me quita la tristeza. Tú eres el poseedor de mis tristezas y mis alegrías, porque tú eres quien mora en mi corazón, el dueño de mi alma y de mi ser.
Pídeme que no te quiera, que te odie si quieres, pero sé capaz de decírmelo mirándome a la cara; sé que no puedes, sé que no quieres que me vaya, pero tampoco me dices que me quede. Apenas hablas, pero tus palabras se clavan en mi alma como puñales que me hacen más fuerte y a la vez me matan. Una y mil oportunidades te he pedido, y solamente he oído tu silencio, he escuchado tus palabras mudas, tus ojos llenos de dudas; no sé qué es lo que he hecho mal, en lo que me he equivocado, pero no me arrepiento de haberte confesado mis sentimientos, de haberte nublado la mente con mis sinceras palabras. Me pides que cambie, pero no puedo dejar de ser quien soy, no puedo negar lo que siento y dejar atrás mi pasado; yo te quiero tal y como eres, nunca te pediría que cambiases en nada, porque dejarías de ser quien eres, yo al que más quiero, es a quién hay dentro de ti, como eres, con tus virtudes y defectos, para mí nunca habrá nadie como tu, ni podré compararte con nadie más para decirte que me gustaría que fueses como tal o como cual, quiero que siempre seas tu mismo, la persona de la que me he enamorado.

No me atrevería nunca a robar tu corazón, ni a permanecer para siempre en él, tan solamente te pido que seas capaz de dejarme la puerta abierta; tú al igual que yo, necesitas la libertad que anhelas, no quiero que seas prisionero de un amor, porque yo soy esclava del amor por ti, siento la condena que es amarte en silencio, y sin embargo me aferro a la esperanza de que algún día pueda amarte con libertad, sin miedos, sin tener que esconder aquello que siento. Valoro tu libertad más que la mía, deseo que tu corazón nunca sea esclavo de un amor, sino que seas libre para amar, para sentir, que tu amor sea puro como el viento que no tiene morada. Yo, esclava de tu amor, busco ser libre, pero si por amor tengo que sufrir esta condena, prefiero ser condenada a tu amor imposible, que vivir en libertad sin amarte, porque siento que si no estás, mi vida no tiene sentido, no podría vivir sin ti aunque fuese libre de tu amor, porque estaría muerta en vida, y conmigo perecerían todos mis sentimientos, todo lo que da un sentido a mi vida, a mi existencia. No puedo luchar contra la vida, no puedo vencer el desamor, pero puedo escribir palabras que reflejen mi dolor.

Por poder estar a tu lado recorrería el mundo entero, pero estás a mi lado, y siempre te siento lejos; quiero decirte “te quiero”, pero las palabras nunca legan a mi boca, porque siento miedo de que al decírtelo me vuelvas a decir que me equivoco, que solamente soy tu amiga, que tu no sientes lo mismo. Entonces el dolor sería tan fuerte que empezaría a ahogarme en mis lágrimas de silencio, en un llanto profundo que nadie escucha, en un dolor que me iría matando despacio; porque se romperían mis esperanzas, mi motivo para seguir luchando y aún así nadie vería caer una lágrima por mis mejillas. Sufrir y amarte en silencio, eso intento, pero mis sollozos aparecen mientras duermo, cuando sueño que estoy cerca de ti sonriendo, porque aunque en la inconsciencia del sueño, sé que eso es imposible, que es una utopía, un mal engaño de mi mente que intenta contentar a mi corazón para darle la vida que va perdiendo despacio.

Te amo, y tu dudas; te quiero y tu no lo sabes; moriría por ti, por poder amarte, de todas formas siento que la pena y la tristeza me ahogan; las lágrimas ya no brotan de mis ojos, que lentamente pierden su brillo, y se apagan de tristeza; en mi boca no se dibuja esa sonrisa; ahora, no soy amiga del día, me he vuelto amiga de las noches, porque en el desvelo de mi sueño, la noche es mi compañera, el cielo mi aliado, la luna y las estrellas son con las únicas que hablo, les hablo de ti, les pido que algún día seas capaz de comprenderme, aunque no me ames.
Dicen que el amor es eterno, pero el desamor es aún más duradero, es donde de verdad afloran los más bellos sentimientos: amor, dolor, tristeza, nostalgia, melancolía,…, todos los que aportan a mi espíritu la desarmonía necesaria para que aflore mi yo más profundo, mi lado oculto que antes tenía en el olvido.

Lo que más deseo es poder perder mis ojos en la profundidad de tu mirada, de poder decirte miles de cosas sin hablarte, y que sin decirte una palabra, tu corazón sea capaz de escucharme. Poder escuchar tu silencio, hacer una melodía con tus suspiros y los míos, y juntos poder ver un atardecer, el mismo horizonte, donde muere el día y nace la noche. Como el día en que pueda estar a tu lado, morirá al igual que el sol en el ocaso mi tristeza; y brillaran mis ojos al ver los tuyos cerca, como brilla la luna cada noche reflejando la luminiscencia del sol; eso somos tú y yo ahora, tu el día y yo la noche; tu como el sol, reflejas felicidad a tu paso, haces renacer a mi alma…y yo, muero de tristeza en la oscuridad y mis lágrimas tantas como estrellas hay en el universo, soy como la luna, que solamente brilla cuando se cruzar con el sol…nunca están cerca, pero él ilumina su soledad y hace que ella sea especial entre las tinieblas….

Quería decirte que nunca te olvidaré, que si no sé de ti, te buscaría hasta el fin del mundo y más allá donde muere el día y comienza la noche, un día tras otro hasta que fuese capaz de ver en el horizonte el sol muriendo y la luna al mismo tiempo.
¿Lo dudas?...bueno, creo que puedo encontrarte….Aunque estés lejos, estarás en mi corazón, podré sentir donde estás, porque cuando estoy cerca de ti, mi corazón late más rápido y con más fuerza.

Quiero decirte que si tu me odias, yo te amaré; si me olvidas, te recordaré; si huyes, te seguiré allí donde mores. Estarás presente en mi corazón y en mi espíritu, porque no puedo matar lo que siento, no puedo dejar a un lado mis sentimientos y fingir que soy feliz cuando lo único que siento es: la melancolía que invade mi espíritu cuando pienso en ti; la tristeza a cada hora y a cada minuto que no estoy cerca de ti; el dolor, cuando sé que te pierdo porque tú no sientes lo mismo; la soledad, es mi compañera de viaje, mi eterna compañera en la vida…

Te amo y te quiero ¿Lo dudas?...creo que no, pero tampoco aceptas lo que te digo, es más fácil para ti creer que miento con mis palabras, que intento quitar tu libertad al pedirte una última oportunidad; comprende que para mi no es fácil y para ti tampoco lo sería, seguro que ya habrías abandonado esta misión de amar sin ser amado.

Ahora… ¿Qué hago?, ¿Niego que te amo?...no sé mentir ¿Intento olvidarte?...no quiero olvidarte ¿Empiezo una vida nueva?.... estaría fingiendo, mentiría a quien estuviese compartiendo su vida a mi lado, me mentiría a mí misma, y estaría traicionando mis principios. No puedo cambiar, ni fingir, ni mentir…No puedo ser quien no soy…

¿Sonrío o estoy triste? Juzga tú mismo, me conoces desde hace tiempo, sabes que estoy perdiendo la vida y las ganas de vivir; que me estoy hundiendo…pero sin embargo sigo luchando y hago un último esfuerzo para que me escuches, para que leas estas líneas que me cuestan tanto trabajo expresar, porque un nudo aprieta mi garganta, un peso oprime mi pecho y no me deja respirar cuando pienso en que tal vez estas sean las últimas palabras que te dedico.

En mis labios se dibuja una sonrisa, en mis ojos se refleja la tristeza….así es como me ve el resto del mundo, sin tristezas ni alegrías; pero tú me conoces, dices que no serías capaz de verme llorar, y por eso nunca verás una lágrima por ti en mi mejilla, sé llorar en silencio, al igual que te quiero; me dices que no me merezco sufrir por ti, y que si me quieres terminarás haciéndome daño y eso es lo que no quieres, que sufra; pero no sabes que estoy sufriendo más por ti así, que si me hicieses daño de verdad.

Ahora, sí sé qué hacer: estaré siempre ahí, porque no quiero olvidarte; te amaré en silencio, sin decirte nada; mis sentimientos se equivocan y pueden conmigo; mi mente no puede hacer nada contra ellos porque son más fuertes que yo, además no sé luchar contra ellos. Solo te pido que pienses en lo que sientes, en lo que quieres, que dejes tus dudas y tus miedos, que yo siempre te estaré esperando, porque no quiero dejar de quererte aunque tú nunca seas capaz de amarme…

Recuérdalo, yo siempre estaré a tu lado cuando me necesites, porque tú siempre vas a estar en mi corazón.